Alcohol y conducción

¿Cómo afecta el alcohol a la conducción?

Ha sido señalado que cualquier nivel de alcohol produce defectos de percepción y de coordinación motora que dificulta la condicción, por tanto la recomendación de los medios suele ser: “cuando conduzca ni una gota de alcohol”. ¿Es esto cierto?

En un estudio bien diseñado se demostró que los defectos de percepción y de coordinación motora acontecían sólo cuando se alcanzaban niveles en sangre de 10 mmol/l. Esto nos indica que algo podemos beber sin tener problemas neurológicos que deterioren nuestra capacidad de conducir. La pregunta pertinente es: ¿Cuánto podemos beber para no alcanzar dichos niveles?

Otro estudio vino a ofrecer la respuesta a la respuesta anterior. Para ello, se estudiaron los niveles medios de alcohol alcanzados en sangre, tras la ingesta de una dosis fija de alcohol, consistente en ingerir 2 medidas de 150 ml de alcohol al 5%, lo que supone 15 gramos de alcohol (similar a 1,5 cañas de cerveza). La concentración sanguínea de alcohol alcanzada dependió de las características de la ingesta. Se midieron por separado los niveles en sujetos que ingirieron el brevage con estomago vacio, con estomago lleno, con ingesta de grasa saturadas y con ingesta de grasas insaturadas.

Los resultados fueron que los niveles sanguíneos de alcohol alcanzados tras ingesta con el estomago vacio se superaba el nivel de 10 mmol/l, pero no así cuando se tomaban con el estomago lleno. Además, en este último caso, los niveles dependían del tipo de grasa ingerido, cuando esta era saturada los niveles eran aproximadamente de 10 ng/ml, mientras que cuando la ingesta era de grasa insaturada, los niveles eran mucho menores.

Por tanto, se puede beber una copa de vino, o bien una o dos cervezas, siempre que se ingiera alimento, sobre todo si lleva ácidos grasos insaturados.

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