Las vitaminas. Parte 2: no pertenecientes al complejo B

Pueden ser hidrosolubles (sólo la vitamina C) y liposolubles, todas las demás del grupo

Vitaminas hidrosolubles.

La vitamina C (ácido ascórbico)

Las fuentes principales de esta vitamina son las frutas cítricas, las verduras de hojas verdes, el pimiento verde, algunas frutas (melón, guayaba, fresas, piña, Kiwi) y las patatas. Debemos saber que es inestable al calor y a los ácidos, por tanto puede ser destruida por la cocina.

Las funciones de la vitamina C descritas son múltiples y muy variadas;  las principales son:

  • Aumenta la absorción del hierro no HEM en el duodeno. De hecho, para tratar el déficit de hierro, es recomendable tomar el compuesto de hierro farmacológico con un comprimido de vitamina C, junto con 30 gramos de proteína, para mejorar su absorción.
  • Interviene en la síntesis de colágeno.
  • Participa en el metabolismo de la fenil-alanina.
  • Complementa a la vitamina E en su función reductora de radicales libres y, por este camino, tiene función antioxidante y puede promover teóricamente el rejuvenecimiento. Desgraciadamente, los estudios con suplementos de dichas vitaminas no han disminuido la morbi-mortalidad
  • Interviene en la síntesis de ácidos biliares, así como en la de carnitina, a partir de la lisina y la metionina.
  • Cataliza la síntesis de esteroides a partir del colesterol.
  • Interviene en reacciones inmuno-alérgicas y en la respuesta al estrés celular como es la cicatrización de las heridas.

Las necesidades varían según la edad y sexo:

  1. Los adolescentes de 14 a 19 años:
    • sexo masculino necesitan 75 mg/día
    • sexo femenino solo 65 mg/día
  2. Entre los 19 y 90 años ambos sexos necesitan 75 mg/día
  3. Durante el embarazo:
    • Entre 14 y 18 años necesitan 80 mg/día
    • Entre los 19 y 50 años necesitan 85 mg/día
  4. Durante la lactancia:
    • Hasta los 18 años 115 mg/día
    • A partir de 19 años 120 mg/día

La carencia produce el escorbuto, caracterizado por xerosis cutánea, anemia, hematomas espontáneos, debilidad del esmalte dental, alteración de la cicatrización de las heridas y, cuando es muy grave letargia. Fue el azote de las grandes travesías marítimas.

El exceso se ha observado sólo con sobredosificación medicamentosa que se expresa por diarrea, crisis de drepanocitosis y litiasis renal. La dosis día del adulto debe ser menor de 2.000 mg/día para evitar sobredosis.

 Vitaminas liposolubles

Son insolubles en agua, pero solubles en lípidos. Suelen encontrarse en las membranas celulares y en estructuras similares a estas, como las lipoproteínas. Las principales son:

 La vitamina A

Las fuentes principales de esta vitamina son el hígado y el aceite de hígado animal, así como los huevos, la leche y sus derivados (mantequilla y queso)

Sus funciones son muy variadas:

  • Regula el crecimiento y la diferenciación de varios tipos de células y tejidos
  • Es un componente básico de los pigmentos visuales
  • Interviene en la osificación y crecimiento óseo, dentadura y tejidos blandos
  • Participa en la síntesis de ciertas hormonas
  • Parece tener efectos antioxidantes

Los requerimientos de esta vitamina son:

  • Sujetos mayores de 14 años de ambos sexos necesitan 3.000 UI día (equivalentes a 1000 equivalentes de retinol)
  • Durante el embarazo se requieren suplementos de 0,7 mg/día
  • Durante la lactancia y 0,6 mg día

La carencia de vitamina, que se observa sobre todo en niños y embarazadas, se manifiesta por xerostalmía, ceguera nocturna, atrofia de tejidos muco-secretores, hiperqueratosis folicular, aumento de la frecuencia de infecciones y manchas de Bitot. Se destruye por oxidación secamiento, luz ultravioleta y temperaturas elevadas.

La toma en exceso produce efectos tóxicos, por lo que debemos tener cuidado al prescribirla. Ocasionalmente, cuando las dosis son elevadas, acontece toxicidad aguda que se manifiesta por fatiga, anorexia, pérdida de peso, vómitos cefalea y convulsiones. Además, en esta forma, se han descrito síntomas de hipertensión intracraneal con papiledema. Sin embargo, lo más frecuente es una toxicidad moderada que se caracteriza por perdida de cabello, sequedad cutánea con prurito, efectos teratógenos en embarazadas y coloración amarillenta de la piel. No se recomienda comer hígado durante el embarazo pues puede tener hasta 2.500 UI. De hecho, el nivel de consumo máximo tolerable es de 3.000 UI día.

 La vitamina D

Sus fuentes principales alimentarias son el hígado de bacalao y el aceite del mismo. De todas formas, las espinas de los peces pequeños son una buena fuente de esta vitamina. Sin embargo, la dieta solo justifica el 20% de la concentración sanguínea de la vitamina D. La fuente principal es su síntesis en la piel por la luz ultravioleta, que trasforma el ergosterol en previtamina D. A su vez, este producto,  en el hígado, se transformara en 25 hidroxi-vitamina D y en el riñón en 1,25 dihidroxi-vitamina D que es la forma activa de esta vitamina en el intestino.

Las funciones fundamentales de esta vitamina son variadas:

  • Favorecer la absorción intestinal de calcio
  • Modular la secreción de paratohormona, actuado sobre los receptores de calcio de esta glándula
  • Mantenimiento de la formación de los huesos y dientes, manteniendo la homeostasis de los niveles sanguíneos de Ca y fosforo, mediante las dos primeras funciones.
  • Además se ha señalado que tiene papel en la HTA, en la diabetes y en las defensas corporales.

Las necesidades de esta vitamina son:

  • Entre los 9 a los 50 años son de 200 UI día
  • Después de dicha edad de 400 UI día
  • Durante el embarazo y la lactancia son necesarios solo 200 UI día

El déficit de vitamina D que es muy frecuente, superando el 50% de la población general en muchos países, produce varios trastornos esqueléticos en los niños como: Raquitismo, craneotabes, rosario costal, laxitud de ligamentos, asimetría cefálica, cierre tardío de fontanelas. En el adulto produce osteomalacia. Recientemente el déficit se ha asociado a HTA, diabetes y aumento de enfermedades cardiovasculares, e incluso algunos canceres, aunque está pendiente de confirmación.

El exceso de vitamina D, como el de vitamina A es tóxico y se manifiesta por hipercalcemia, síntomas digestivos como vómitos y vértigo, síntomas agudos inespecíficos y calcificaciones como nefrocalcinosis. Ocurre en aquellos sujetos que toman suplementos sin necesidad. El consumo tolerable en adultos es hasta 2.000 mg día. Es una vitamina estable al calor y a la oxidación

La vitamina E (tocoferoles y toctrienoles)

Las fuentes principales de esta vitamina son el germen del trigo y las semillas de girasol. Los aceites vegetales son también ricos en ella.

Las funciones fundamentales son:

  • Proteger a los ácidos grasos poli-insaturados que se encuentran en las membranas biológicas, de la peroxidación lipídica, gracias a su localización en dichas estructuras. Por consiguiente, por lo menos a dicho nivel tiene efecto antioxidante.
  • Participar en procesos enzimáticos varios.
  • Desempeñar un papel importante en la agregación plaquetaria.

Las necesidades de los adultos son 15 mg día. Las necesidades prácticamente no aumentan durante el embarazo y la lactancia, aunque en esta son superiores en las mujeres de mayor edad, necesitando hasta 15 mg día.

La carencia se manifiesta por arreflexia, oftalmoplejia y disminución de la sensación propioceptiva y vibratoria. Es frecuente en sujetos con abetalipoproteinemia o malabsorción y en los errores del metabolismo que dificultan la incorporación de la vitamina E a las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) Los excesos pueden aumentar los requerimientos de vitamina K y prolongar el tiempo de protrombina. El nivel máximo de consumo es de 1.500 UI día.

En cuanto a su conservación resiste el calor, la oxidación y la humedad. Se desintegra por álcalis y luz ultravioleta.

 La vitamina K

Existen dos formas: la vitamina K1 (filoquinona) cuyas fuentes fundamentales son los vegetales verdes (espinaca, coliflor, coles de bruselas, acelgas) y las vísceras de los animales (hígado y riñones) y la vitamina K2 (metaquinona) que es producida por las bacterias intestinales y justifica aproximadamente el 50% de la vitamina K.

Estas vitaminas son fundamentales para la coagulación sanguínea, ya que intervienen en la síntesis de protrombina y otros factores de la coagulación imprescindibles para dicho proceso.

Las necesidades de esta vitamina son:

  • Entre los 14 a los 18 años de 70 microg/día en ambos sexos.
  • Después de los 19 años:
    • los hombres necesitan 120 microg/día
    • las mujeres solo 90 microg/día

La carencia se expresa por hemorragias de piel y mucosas, pero también puede afectar cualquier tejido, siendo el cuadro más grave la hemorragia intracraneal. Suele encontrarse en prematuros y lactantes. En adultos aparece en los síndromes de malabsorción y se favorece con el uso de antibióticos que pueden producir sobrecrecimiento bacteriano, raramente en sanos.

El exceso de esta vitamina puede producir anemia hemolítica en el recién nacido. En el adulto el efecto más importante es el bloqueo de los efectos anticoagulantes del sintrom, que puede complicar el curso de los pacientes en dicha terapéutica.

En cuanto a sus propiedades físicas, resiste el calor, el oxigeno y la humedad y se destruye con la luz ultravioleta y los álcalis.