¿Qué diferencia hay entre bulo y mitos/hechos?
Consideraremos bulos o mitos sobre la obesidad, todas aquellas afirmaciones sobre el tratamiento de dicha patología que, a pesar de tener suficientes datos en su contra, continúan considerándose verdades por alguna o muchas personas, e incluso por los medios de comunicación de todo tipo. Existen mitos en casi todos los campos frecuentes de la Medicina y el concepto es similar al señalado para la obesidad.
Consideraremos hechos, aquellas afirmaciones cientificas (o seudocientificas) que se creen verdades por la poblacion y están suficientemente demostradas científicamente (estudios clinicos corroborados). Cada vez son mas numerosas y forman la base de la evidencia médica, en la que debemos basar nuestras recomendaciones.
¿Cómo de efectiva es una dieta baja en calorías en el largo plazo?
Muchas personas están convencidas de que una dieta con leves disminuciones de la energía ingerida (o aumento de la gastada) cuando se mantienen en el tiempo, producen grandes disminuciones del peso corporal. Esta creencia nació de la regla difundida a mediados del siglo pasado y conocida como «la regla de las 3.500 Kcal», que establecía que un descenso de ingesta de 3.500 Kcal a la semana (500 Kcal al día) se seguía de pérdida de 450 gramos semana. Sin embargo, un deficit diario de 500 Kc no es un pequeño deficit, sino considerale; de hecho es el que recomiendo a mis pacientes. Además, esta regla se dedujo de experimentos de corta duración y realizados en personas sometidas a dietas de muy bajas calorías (< 800 Kcal día). En realidad, la regla fue una extrapolación gratuita a largos periodos de los hallazgos encontrados en estudios cortos y dietas severas. Por tanto, debe ser falsa.
Concordante con su falsedad, los estudios recientes han comprobado que el déficit de ingesta energética mantenido, promueve cambios metabólicos que tienden a evitar la pérdida de peso. El fundamental es la disminución del metabolismo basal, de tal forma que el metabolismo humano es ahorrativo. En consecuencia, los cambios de peso reales a largo plazo son menores que los predichos por la regla de las 3.500 Kcal.
Por ejemplo, mientras que la regla de 3500 Kcal predice que las personas que incrementan su gasto calórico caminando 1 milla (1,6 KM) todos los días (gasto equivalente a 100 Kcal) deberían perder 50 lb (22,7 Kg) en un periodo de 5 años, la perdida verdadera de peso en los estudios prolongados es solo de 10 libras (4,5 Kg). Naturalmente, asumiendo que no se incrementa la ingesta durante el estudio. Esta evidencia compromete no solo la regla de las 3.500 Kc, sino uno de los axiomas que he defendido durante mucho tiempo “las calorías perdidas con el ejercicio no pueden compensarse disminuyendo el metabolismo basal”. A la vista de los resultados señalados tendré que modificar dicho axioma y sostener que «las calorias gastadas con el ejercicio no se pueden compensar del todo». De aquí, la gran importancia del mismo para adelgazar.
¿Es mejor establecer objetivos de peso pequeños en las dietas?
Muchos autores han señalado que, al iniciar una dieta adelgazante, es importante establecer objetivos de pérdida de peso más bien pequeños, facilmente alcanzables, debido a que si los objetivos establecidos son ambiciosos, son más difíciles de alcanzar y los pacientes, al fallar en su objetivo, se sienten frustrados y terminan perdiendo menos peso del deseado.
Esta recomendación es razonable de tal forma que caló en buena parte de la población, que la tomo por verdadera. Sin embargo, los datos de los estudios realizados indican que no existe una asociación negativa, inequívoca, entre los objetivos ambiciosos y el peso perdido al completar el programa. De hecho, dos estudios prospectivos, bien diseñados, realizados para resolver este problema, estudiaron la eficacia de cambiar los objetivos elevados, a aquellos más bajos y mejor alcanzables. Estos estudios, solo consiguieron que las pérdidas se ajustaran más a los objetivos establecidos, pero no mejoraron los resultados de la pérdida de peso. Por tanto, no es verdad que los objetivos pequeños sean mejor que los más ambiciosos.
¿Es la actividad sexual el remedio contra la obesidad?
Ha calado en la opinión pública que la actividad sexual quema cantidades considerables de energía, entre 100 y 300 Kcal, por acto sexual. Esto se admite, por la mayoría de las personas, como una verdad. Sin embargo, la realidad es que la cantidad de energía perdida por dicha actividad es pequeña. Por consiguiente se trata de un mito.
Calculo de la energía gastada en un acto sexual?
El cálculo es igual al de cualquier otro ejercicio: el gasto calórico es igual al producto de la intensidad de la actividad realizada, en METs (una unidad del consumo de oxigeno al realizar el ejercicio), multiplicada por el tiempo empleado en el ejercicio y el peso del individuo. Por ejemplo, un varón de 70 Kg que realiza una actividad a un nivel de 3 METs (el nivel energético alcanzado en el acto sexual) gasta aproximadamente 3,5 Kcal por minuto, o 240 Kcal por hora. Dicho gasto es pequeño, similar al consumido caminando a 4 Km por hora. Dado que la actividad sexual dura de promedio 6 minutos, un hombre en su mediana edad (30-40 años) gasta 21 Kcalorías durante el intercurso sexual. Como durante ese tiempo tan solo viendo televisión habría gastado 7 Kcal, en realidad el gasto debido al acto sexual es del orden de 14 Kcal por intercurso.
Conclusión
El gasto energético elevado durante el intercurso sexual es una falsa verdad (un bulo). No lo considere un método bueno para adelgazar (aunque sí lo sea para disfrutar).
Continuaremos con otros bulos.